Alfredo Padilla
¿UNA CIUDAD EN
VERDAD CON
MOTIVOS PARA
SONREÍR?
El pasado martes 8 de noviembre del presente, la presidenta municipal de Tepic, Geraldine Ponce Méndez, presentó oficial y formalmente su Primer Informe de Gobierno, que para sorpresa de algunos e incredulidad de otros, fue un evento ‘bueno’, a secas. Algunos esperaban, a decir verdad, lo que a su parecer ha sido una característica distintiva en el desempeño de la alcaldesa por el peculiar manejo de su imagen: elementos frívolos, considerando la polémica más reciente al respecto generada por el festival del “día de muertos”. Pero, para el caso en cuestión, no fue así, la seriedad por ahora enmarcó el evento: una ceremonia solemne.
Sin embargo, dejando de lado la forma: el impacto decorativo, colorido y mediático, la ceremonia tuvo matices interesantes, además de que estuvo atestiguada por personajes de los diferentes niveles de gobierno, poderes, de sectores sociales, educativo, académico y empresariales, entre otros, empezando por el gobernador del Estado, Miguel Ángel Navarro Quintero, su esposa, la señora Beatriz Estrada Martínez, titular del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la presidenta del Congreso local, diputada Alba Cristal Espinoza Peña, y la rectora de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), Norma Liliana Galván Meza; se pudo percibir un intento máximo por darle al informe una proyección de talle estatal, toda vez que la gran mayoría de los asuntos tocados por la alcaldesa eran vinculados con el Gobernador y de reconocimiento al presidente López Obrador, no solo de su propio papel.
Lo más sobresaliente que se resaltó del trabajo del ayuntamiento, a juicio de la alcaldesa, fueron más de 100 kilómetros de calles reparadas con reencarpertamiento asfáltico, y por tanto la meta ahora se modificaba a 200, según prometió, ya que esos 100 correspondían a una meta inicial de campaña, para cumplirse en los 3 años de su gobierno, pero como ya lo hizo, “iría por más”. No obstante, sería oportuno el dotar de mayor claridad a dichos cálculos, y precisar qué calles fueron las beneficiadas, pues muchos tepiqueños albergan esa duda, principalmente cuando la Presidenta realizó una singular comparativa: con los kilómetros de la carretera que conduce a San Blas, hablando de distancias, y que se pregona en los anuncios y las imágenes publicitarias difundidas asimismo a granel, pero la experiencia real de los miles de automovilistas que a diario transitan por las vialidades, y que no se han dejado esperar en contraparte para darse a conocer, dista considerablemente.
Es cierto, y tenemos que ser conscientes de que es casi imposible solucionar en su totalidad el grave problema de las calles en tan solo un año de gestión, como ciertos críticos lo han exigido, intentado mal informar a la ciudadanía, a partir de verdades a medias donde en sus parámetros debiera de estar prácticamente todo ya cubierto, sin problema alguno; de tal suerte que se espera veracidad de los opositores, y reconocer su responsabilidad cuando su representación partidaria ejerció la responsabilidad en la Alcaldía, a la par en contraparte del equilibrio del gobierno capitalino para emplear honestidad y comunicación eficaz, reconocer aciertos y desaciertos, capacidades y oportunidades de mejora.
Solo nos queda esperar que el de las vialidades, junto con los proyectos de gran calado, tal es el caso de Bienestar Animal (que con óptima conducción en coordinación a intramuros y con la ciudadanía, para la suma e integración de cuadrillas que recaben un diagnóstico fidedigno de la fauna en situación de riesgo de todo el municipio, podrá funcionar eficazmente y garantizar verdadera justicia a los que no tienen voz), el de policías capacitadas para combatir la violencia contra la mujer, y de los apoyos a los adultos mayores, consumen pues su razón de ser en función de la utilidad traducida en hechos tangibles para todos, “dando no solo motivos, sino una causa de continuo para sonreír”.
