Sigue en auge el robo de rejillas y tapas de registro en Tepic
Por Sergio Mejía Cano.
La semana próxima pasada, de la noche a la mañana desapareció una parte de una rejilla de una alcantarilla que está por la calle Zapata y la Privada Hidalgo, al oriente del centro de la ciudad de Tepic, ya junto a las vías del ferrocarril, lo que significa un gran peligro tanto para peatones como vehículos, ya que ahí los carros que bajan por la Zapata, dan vuelta hacia la izquierda por la privada Hidalgo, para salir hacia la calle Guadalajara.
Al notar la ausencia de esta rejilla, los vecinos de la zona se comenzaron a preguntar entre ellos si alguien había visto u oído algo; pero nadie supo dar razón, ni la misma señora que vive frente a dicha alcantarilla. Así que se dieron a la tarea de buscar a la presidente de Acción Ciudadana o presidente de colonos; sin embargo, nadie supo dar razón de ella, porque prácticamente para la mayoría de los vecinos es una desconocida que ni su nombre se conoce de bien a bien. De lo único que se sabe de ella es que vive por la calle Guadalajara, entre las calles de Hidalgo y Zapata. Y esto, porque jamás hizo proselitismo para ser electa como representante del barrio en cuestión, ya que de pronto se supo que había sido una mujer la designada como tal.
Así que algunos vecinos se dieron a la tarea de procurar al diputado local José Ignacio Rivas Parra, ya que su papá y su mamá viven por la zona de este barrio, para que viera la situación y gestionara, dentro de sus posibilidades a ver si podía hacer algo para arreglar esa alcantarilla que hoy, por falta de una de las rejillas está con mucha basura en su interior y por lo mismo, quizás esté ya tapada, pues también muestra algo de agua en su interior. Esta alcantarilla mide aproximada mente dos metros de largo por uno de ancho, con dos rejillas a la mitad de la alcantarilla, y una de ellas fue la que desapareció. Ante esto, al parecer el diputado Rivas Parra ya atendió la petición de los vecinos y que se tomarán cartas en el asunto.
Desde luego que no es la única alcantarilla a la que le han quitado sus rejas protectoras para evitar que caiga basura dentro, pues continuamente se documenta que han desaparecido rejillas de coladeras tanto de las esquinas como de plena calle, así como tapas de registro que son de metal, significando un claro riesgo tanto para peatones como vehículos.
Y lo curioso del caso, es que como ahora pasó con los vecinos de la Zapata y Privada Hidalgo que nadie se dio cuenta ni oyó algún ruido, en otras partes sucede prácticamente lo mismo: nadie se da cuenta. Lo raro estriba en que quitar este tipo de rejillas de las coladeras y alcantarillas, así como tapas de registro, no es enchílame otra, porque se supone que lleva su tiempo, pues en algunos casos se tienen que desoldar o si están incrustadas en el cemento, escarbar con una barra para que aflojen los amarres. ¿Y por qué suceden cosas y casos así en las calles de la capital nayarita? Pues a la mejor por falta de vigilancia y patrullaje. Y más extraño aún es que, si robar rejillas y tapas de registro requiere cierto tiempo y con el ruido correspondiente y por falta de patrullaje, esto se lleva a cabo con relativa facilidad para los ladrones, entonces ¿cómo es posible que, si alguien se pone a orinar en la vía pública, como por arte de magia se aparecen de pronto los policías para detener a ese alguien por faltas a la moral? Y no nada más a quien está orinando, pues cotidianamente se informa en la nota roja de algunos medios informativos sobre gente detenida pro faltas a la moral, por ingerir bebidas embriagantes u otras substancias en la vía pública; y no son pocas personas de las que se publica que fueron detenidas mediante rondines que se llevan a cabo. Rondines que, al parecer únicamente son para detener sospechosos o gente en supuestos malos pasos; pero no si van cargando con algún metal más o menos de peso considerable o si lo están cargando en algún vehículo.
Obviamente que estos robos de rejas y tapas metálicas no se darían si no hubiese quien las comprara, porque queda claro que, si hay quien compre metal robado, pues los rateros seguirán haciendo de las suyas muy campantes, pues tal y como están las cosas, no hay, entre las autoridades a quien le interese hacer una investigación a fondo al respecto.
Hay quien comenta que, en caso de que no hubiera quien comprara estos metales en Tepic, posiblemente, los junten en algún lugar hasta que se acumula un buen guato considerable, y así llevarlos a vender a Guadalajara, Jalisco u otra entidad.
Sea pues. Vale.