CON PRECAUCIÓN

Caldo de cultivo para una posible reelección de Carlos Salinas de Gortari

Por Sergio Mejía Cano

Prácticamente desde que inició su mandato el actual presidente de México, Andrés Manuel López
Obrador (AMLO), comenzaron a surgir voces de que pretendería la reelección, convertir a nuestro
país en una especie de Venezuela o de Cuba y así, convertirse en un nuevo dictador y otras
lindezas por el estilo. Sin embargo, el mismo AMLO aclaró de inmediato, de que él seguía los
dictados de la frase que, se dice acuñó Porfirio Díaz Mori y que retomó Francisco I. Madero,
precisamente en contra del mismo Porfirio Díaz, de “Sufragio efectivo, no reelección.
Y así, sucesivamente, los adversarios y opositores a AMLO, de vez en cuando siguen retomando el
refrito de que busca reelegirse y, esto, de nuevo ha sucedido recientemente con el mito de que las
“corcholatas” nada más son una distracción; pero que, en sí, está preparando seguir como
presidente por no haberle alcanzado el tiempo para consolidar de bien a bien su denominada
cuarta transformación.
Pero, como hasta ahora no se han dado visos fehacientes de que en realidad AMLO busca la
reelección aunque sea disfrazada quedándose con el Poder detrás del trono, ahora sacan a la luz el
rumor de que podría abrir la puerta de la Presidencia de la República a los militares, lo que ya
aclaró nuevamente el presidente, haciendo ver públicamente en sus conferencias de prensa
matutinas, que ningún militar aspira a ser presidente de nuestro país, por ser un ejército emanado
de la Revolución, surgido del pueblo para combatir precisamente a aquellos militares que
asesinaron a Francisco I. Madero y su vicepresidente, José María Pino Suárez, en febrero de 1913.
Es obvio que, cualquier militar tal y como cualquiera otro mexicano, podría tener la ambición de
llegar a la Presidencia de la República; sin embargo, por el hecho de que nuestras fuerzas armadas
no están conformadas como en otros países en donde quienes encabezan esos ejércitos
pertenecen a las clases burguesas, tal y como se ha documentado sucede en Chile, Argentina y
otros países de Latinoamérica, en donde solamente los hijos de la gente pudiente puede llegar a
ser comandante, capitán, general o a algún cargo alto dentro de sus ejércitos, el caso de México es
muy diferente; claro que, como seres humanos, los militares mexicanos tienen su corazoncito y
que este les haga pensar en la posibilidad de aspirar a la grande de algún modo.
El problema en nuestro país es que, el ejército mexicano no las tiene todas consigo en cuanto a
popularidad. Si bien entre sus funciones ha destacado con su Plan DN 3, coadyuvando en el
rescate de personas afectadas por terremotos, inundaciones o cualquier otro tipo de desastre
natural, cuenta más con el desprestigio debido al comportamiento de las fuerzas armadas en
cuestiones de abuso de poder reprimiendo a la población, pues para mucha gente sigue y seguirá
presente lo del 2 de octubre de 1968 (no se olvida), del 10 de junio de 1971, Tlatlaya, Aguas
Blancas, Acteal, Ayotzinapa, desalojos de campesinos, mineros y otros tantos conflictos de
masacres en donde se ha documentado que han estado involucrados tanto el ejército como la
marina.

Así que, en caso de que algún militar decidiera de acuerdo a lo que mandata nuestra Carta Magna
de que tendría que separarse de su cargo militar para poder competir en elecciones, ¿quién
votaría por un militar en estos momentos? Posiblemente sus familiares, amigos, conocidos y tal
vez, alguno que otro personaje comprometido por algún interés de por medio; pero gente del
pueblo en sí, podría ser casi imposible que votara por un militar, aunque esté con licencia, permiso
o retirado de las fuerzas armadas. Y todo, porque sigue habiendo algún tipo de resistencia en gran
parte de la población mexicana en cuanto a tener militares en la Presidencia de la República por
todo lo que significó a principios del siglo XX.
En cuanto a la supuesta reelección de AMLO, en dado caso esto podría acarrear serios conflictos
en nuestro país precisamente por el peso de la frase de sufragio efectivo, no reelección y que
sigue vigente para millones de mexicanos. Es bueno recordar aquel caldo de cultivo que, según
algunos analistas políticos dijeron sobre Carlos Salinas de Gortari, cuando quiso imponer a Fausto
Zapata Loredo como gobernador de San Luis Potosí, lo que se tomó por los potosinos,
encabezados por Salvador Nava, como algo sumamente anticonstitucional, por lo que se dio
marcha atrás en esta imposición que obviamente, alguien calificó este caldo como una prueba de
reelección.
Sea pues. Vale.

Redacción

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