Alfredo Padilla
UN PROGRAMA QUE SALVA VIDAS
El pasado fin de semana inició en la Capital nayarita, un nuevo programa coordinado por el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Tepic, denominado: “Salvando Vidas”, que tiene por objeto combatir la incidencia de accidentes automovilísticos con resultados letales por consumo inmoderado e irresponsable de bebidas embriagantes que, a decir de las propias autoridades, comporta un grave problema que amenaza la integridad de la familia y de muchas personas inocentes.
La medida que, si bien en estos pocos días de vigencia ya ha sido fuente de opiniones disímbolas: unos en desacuerdo -en su concepto de que tan solo se trata de mayores métodos recaudatorios-, y otros muchos -preocupados principalmente por sus hijos y el resto de los suyos- que ven la urgencia de un control total a este problema, pone al descubierto una gran verdad, y es de que es imprescindible adquirir conciencia tocante del peso en repercusiones que entrañan los actos, para bien o para mal, de cada persona dentro de su casa, y ya no se diga en este caso, en sociedad. Y es que el Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, en encuentro reciente con medios de comunicación, explicó que hay decisiones que se tienen que tomar de forma contundente, más cuando está de por medio la vida misma, el rescate y salvaguarda del núcleo de la sociedad, que es la familia, a la par de otras acciones que de igual forma han requerido de valiente ejecución pese al costo que en términos políticos o de reacción de fuerzas y expresiones tocados en sus intereses, ha surgido.
Por consiguiente, la alcaldesa tepiqueña, Geraldine Ponce Méndez, en la coadyuvancia respectiva, facilitó la instalación de nuevos alcohólimetros en puntos estratégicos, a fin de verificar que ningún conductor de vehículos llegue a ser causa de mayores accidentes, e incluso se habla de que en circunstancias de omisión, la sanción ya no quede únicamente en falta administrativa. Esto hace recordar cómo en su momento se implementó también de manera obligatoria el uso del cinturón de seguridad, donde de igual manera las reacciones no se dejaron esperar, en específico de conductores que, como es de siempre con cada norma o línea de acción de observancia obligatoria que hace ver con firmeza la falta responsabilidad, manifestaron inconformidad, no obstante que se llegó a reconocer a la postre su importancia en la protección de la integridad física de los propios conductores tripulantes del vehículo, haciéndose extensivo al tan sonado uso de casco para los motociclistas.
Solo queda aplaudir tales las medidas, al tiempo de reconocer el esfuerzo en pro de la imprescindible coordinación de poderes y órdenes de gobiernos, especialmente en estos últimos días de retos mayúsculos, característicos de la consabida nueva realidad, que no hace más que dejar en claro que para problemas fuertes, se deben aplicar medidas igual o más fuertes, y no esperar a que sigan presentándose accidentes o tragedias, para actuar y reconocer que efectivamente el del alcohol y la movilidad irresponsable, ya era una severa problemática. La prevención, siempre será la mejor solución.