*El estresante trabajo de los reporteros
Por Sergio Mejía Cano
En los portales de internet de elsoldenayarit.mx y MERIDIANO.MX, aparecieron dos notas que se podrían complementar entre sí, ya que en el de meridiano.mx aparece una nota de la redacción con el encabezado “Ansiedad y estrés, la otra cara del periodismo” y, en el soldenayarit.mx, en una nota firmada por Lucero Santa Ana, que informa respecto a que se encontró el cuerpo de una persona sin vida en la carretera que va de Puga a Atonalisco, en donde da cuenta en el grueso de la nota en que “En torno a este suceso, cabe mencionar que a la llegada de nuestro reportero Kevin González, elementos de la Fiscalía General del Estado, trataron de amedrentarlo, amenazándolos e incluso aventándolo en varias ocasiones lo que se puede considerar una agresión física, y más aún, intentaron quitarle su celular, para evitar que hiciera o que realizara su función periodística”.
Y vaya que se complementan ambas notas de referencia, pues la nota de meridiano.mx habla de la ansiedad y el estrés que les genera a los reporteros su trabajo que precisamente, encierra agresiones de este tipo que muchas de las veces no vienen de personas involucradas en algún accidente, sino de las mismas corporaciones policíacas al comportarse tal y como informa la nota de elsoldenayarit.mx.
Cotidianamente en las redes sociales se da cuenta de intimidaciones hacia reporteros o de gente que está cerda de algún acontecimiento o hecho de sangre en donde ahora gracias a la tecnología de la comunicación y de que la mayoría de las personas portan un teléfono móvil con capacidad e video, cámara fotográfica y hasta grabadora, con el que de inmediato tratan de filmar y grabar lo que está sucediendo; sin embargo, algunos elementos de corporaciones policiacas e incluso de fuerzas armadas y Marina impiden o tratan de impedir que la gente haga uso de sus celulares, aunque no estén estorbando por estar a una distancia considerable de los hechos en cuestión.
Se ha dicho constantemente que se capacita a los elementos policíacos y que en dicha capacitación se les imparten cursos sobre derechos humanos y garantías individuales plasmados en la Constitución Política de nuestro país; pero con estas actitudes queda de manifiesto que no hacen caso de dichos cursos, los ignoran o no toman en cuenta que son servidores públicos y que, por más autoridades que sean , no pueden estar por encima de la población siempre y cuando no se amerite una llamada de atención o que estén cometiendo algo indebido y se considera como flagrancia lo que consideren mal los elementos de las corporaciones del orden.
Se debe entender que ahora con esta tecnología en comunicación, los teléfonos móviles que porta mucha gente, ha pasado a ser como una parte del mismo cuerpo, por lo que si un policía, soldado o marino le dice a una persona que no filme o grabe algún acontecimiento del tipo que sea, sería tanto como si le “ordenara” cerrar los ojos, sellarse la boca y taparse los oídos, lo que claramente es o sería un serio atentado contra la libertad del individuo.
Antes de existir esta tecnología de la comunicación, mucha gente al ser testigo de algún hecho de sangre, un choque, atropellamiento, balacera, asaltos, etcétera, también se llegaron a dar casos en que algunos de los elementos policíacos, cuando se hacían presentes trataban de alejar a esos testigos o que llegaron a presenciar las escenas; pero lo que ya habían visto y oído, eso lo podían contar después a quien les platicaran de lo que habían presenciado y, hoy en día, lo hacen pero con las imágenes y sonidos de lo que alcanzaron a filmar.
En sí el trabajo de reportero sí que es por demás estresante y más hoy en día en que por lo regular, aparte de recibir esas intimidaciones, amenazas y posible quitada del equipo de trabajo por parte de esos elementos policíacos, ya no pueden informar tal y como se acostumbraba anteriormente en que llegaban a recabar datos complementarios de los accidentados, familiares, pormenores de más o menos cómo habían ocurrido los hechos, el probable responsable; en caso de vehículos de todo tipo, de dónde a dónde circulaban unos y otros y un largo etcétera que hoy en día se omiten por razones del Sistema Penal Acusatorio.
Aunque queda claro que también hay reporteros que, para no sufrir vejaciones o maltratos por parte de las autoridades, prefieren esperar los boletines emitidos tanto por la fiscalía como demás corporaciones policíacas. Se debe de llamar la atención a los fiscales que trataron mal a este reportero.
Sea pues. Vale.