No que no tronabas, pistolita
Por: Sergio Mejía Cano
Pues, como se dice coloquialmente: tronó el cohete, referente al caso de Genaro García Luna, por lo que ahora surge la pregunta de ¿y ahora qué sigue? Obviamente que falta saber la sentencia que se le dicte, pero después de esto y según los años de prisión que le otorguen, posiblemente no haya más que de dos sopas para García Luna: que al apelar la sentencia sea cual sea y, al verse prácticamente abandonado por los ahora expresidentes de México, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, respectivamente, cante ante quien lo quiera oír señalando que él, García Luna, solamente acataba órdenes de sus superiores.
Durante el tiempo que duró el juicio en cuestión y más atrás debido al tiempo de su detención, hubo y hay periodistas, comentaristas y analistas políticos que, quién sabe por qué razones ante varios medios informativos trataron de dar a entender que Genaro García Luna era inocente de todo lo que lo acusaban o que era una víctima de las circunstancias. Por esto, algunos analistas versados en estos asuntos de la narco-política, dijeron en su momento que tal vez estos comunicadores que se aferran a la inocencia de García Luna, se sentían comprometidos con el ahora declarado culpable en una corte de Nueva York; un claro ejemplo lo podemos ver y leer con los periodistas Carlos Marín y Raymundo Riva Palacio, entre otros y otras. Comprometidos por supuestamente haber sido favorecidos económicamente y con influencias, precisamente dadas por García Luna cuando tuvo el poder de justicia en sus manos.
Ah, y no se pueden olvidar sus montajes en donde desde el primer momento cuando se dio a conocer la detención de Israel Vallarta y la francesa Florence Cassez, hubo voces de que era un montaje y, ¿quién fue el comunicador más involucrado y conocido mediáticamente? Pues precisamente Carlos Loret de Mola, por lo que ahora que ha sido declarado culpable de los cinco cargos imputados que le achacan, esperemos a ver que dicen estos periodistas y comunicadores que se rasgaban las vestiduras desde el primer momento de su detención.
Ya no hay vuelta de hoja, según dicen personas versadas en el juicio, en cuanto a la declaración de culpabilidad, así que ahora falta saber cuánto tiempo le dan de prisión que, de acuerdo a los analistas dicen que lo mínimo que le pudieran dar son diez años de cárcel; pero, como se dice también que por haber mentido en sus declaraciones para obtener la estancia en los Estados Unidos y, como allá mentir en estos casos se considera como delito grave, se le podrían añadir cinco años más, aparte de la sentencia que le dicte el juez. Pero sea como sea, de que va a calentar cemento durante algunos años, eso que ni qué.
Así que como se dice en el argot beisbolístico: esto no acaba hasta que se acaba, por lo que se podría esperar un coletazo de desesperación de García Luna al verse abandonado por Fox y Calderón, así como los posibles contactos de las agencias estadounidenses y mexicanas, porque obviamente que no actuó jamás por sí solo, sino que todo obedecía a un engranaje; he ahí el asunto del operativo “rápido y furioso” que permitió la introducción de armas de fuego y alto poder a territorio mexicano; un operativo con la complacencia de autoridades de ambos países: Estados Unidos y México. Un vil tráfico de armas de un país a otro; armas de fuego que posteriormente acabaron con la vida de mexicanos y que no sirvieron para nada en cuanto al supuesto motivo o pretexto por el que se permitió la introducción de esas armas, porque según se informó posteriormente, esas armas traían sensores para lograr su localización y así saber a qué manos llegaban. Puro cuento tal vez o al llegar esas armas para amigos y cómplices, se acabó con los supuestos o verdaderos sensores.
¿Se estarán preocupando tanto Fox como Calderón por lo que pudiera seguir en este caso? Tal vez no o tal vez sí, porque Genaro García Luna ya no podría ser juzgado por los mismos delitos; pero posiblemente haya más de fondo a lo que no quisieron llegar los fiscales gringos ni los abogados defensores, porque se dijo que no se iba a tocar el enriquecimiento económico de García Luna una vez que dejó de ser servidor público y se fue a vivir a Miami; pero, como hay muchos dólares de por medio, lo más probable es que este asunto seguirá y seguirá, pues ya se sabe que ante la justicia el dinero también manda a veces.
Y no hay que olvidar que quien pudiera cantar mejor sería Ovidio Guzmán, quien posiblemente sepa más de lo que se sabe ya.
Sea pues. Vale.