Presentación del libro “Vida y obra del Bernardo Narváez Ávila”
Por Sergio Mejía Cano
El maestro escritor, periodista, catedrático, poeta y pedagogo, don Bernardo Narváez Ávila, presentó su libro número 50 que lleva por título “Vida y obra de Bernardo Narváez Ávila”, en donde gracias a su privilegiada memoria, nos lleva de la mano a través de su infancia tanto en la escuela como en su barrio en donde creció, recordando con gran nitidez a sus amigos y vecinos de su infancia, así como a sus hermanos y familiares adultos, a quienes mucho agradece por aportar para su enseñanza y educación un gran acervo cultural y filosófico; lo que lo incitó e impulsó para dedicarse a estudiar con mucha voluntad y disciplina.
El maestro Narváez Ávila fue deportista, le gusta el futbol y otros deportes; todo, gracias a que en aquellos años de su desarrollo infantil y de la adolescencia Tepic contaba con muchos espacios abiertos que se podían utilizar como campos deportivos, pues los había en la mayoría de las colonias y, desde luego, también acudía cotidianamente a canchas deportivas a presenciar partidos de futbol aprovechando que uno de sus tíos era el masajista de un equipo de este deporte.
También llegó a formar parte de una banda de guerra cuando cursaba el 5° año de primaria. Y ya con 20 años de edad entró a estudiar baile regional en un edificio que se ubicaba en la esquina de las calles Hidalgo y Zacatecas, en donde recibió clases del maestro Jaime Buentello Bazán.
La vida del maestro don Bernardo Narváez Ávila ha sido fascinante de acuerdo a como lo narra en este libro que hoy nos presenta; aunque ya también en otros libros nos ha deleitado a sus lectores, asiduos u ocasionales, con sus anécdotas de viajes en donde describe el estado de Nayarit, así como de su capital, Tepic y, desde luego de otras entidades del país y hasta del extranjero, detallando las diversas etapas de su vida; una vida cuyo desarrollo fue más bien en un ambiente más parecido a lo rural que a lo urbano, debido a que en aquel entonces Tepic, a pesar de ser la capital del estado de Nayarit, la vida era más tranquila, porque en la capital nayarita, tal y como el maestro Narváez lo relata en este libro, casi toda la población se conocía y, aunque no se conocieran, todo mundo se saludaba; se ´podía caminar por las calles tranquilamente fuera la hora que fuera y, lo mejor de todo, es que no existía tanta contaminación ambiental, auditiva o visual; con ríos, arroyos y ojos de agua cristalina en donde era una delicia darse un chapuzón y en donde las mujeres acostumbraban a lavar su ropa.
En cuanto a la obra de don Bernardo Narváez Ávila, bien se podría decir que esta se comenzó a gestar desde el instante en que nació; y así, a través de su infancia y adolescencia con mucha cercanía con la Naturaleza y, obviamente con sus estudios. Tuvo experiencias a lo largo de su vida, desde luego con sus alegrías y sinsabores; pero, todo esto, gratificante y con muchos nutrientes para una mente ávida de conocimientos que le fueron generando su cosmovisión que ha compartido a todos quienes han tenido la fortuna de estar cerda de él, de haber sido sus alumnos, sus compañeros tanto de estudios como de la docencia, de escritores, académicos en todos sus géneros, periodistas, comunicadores y, desde luego, de sus lectores.
La obra del maestro Narváez Ávila, desde luego que ha sido maravillosa, prolífica, gratificante y, valga la redundancia: abundante.
Su obra está plasmada y la confirman los 12 años que laboró y dio clases en educación primaria, tres en secundaria, uno en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores, dos años en la Universidad de Nayarit, y ser testigo de su transición a la Universidad Autónoma de Nayarit; seis años en la Normal Superior de Nayarit, dos en la Normal Urbana. Un año en la Universidad del Valle, un año en la Universidad del Álica, y 30 años en la Universidad Pedagógica Nacional como docente, así como 29 años como coordinador de Difusión Cultural. Y, 42 años como periodista y con 50 libros escritos hasta la fecha.
Recomienda el maestro Bernardo Narváez Ávila a estudiar, trabajar y hacer deporte; todo, haciéndolo con mucho amor para así, ser mejores para formar nuevas y grandiosas generaciones. No es difícil, afirma, pues el poder de la imaginación es la madre de todo lo creado, lo que se descubre e inventa por el ser humano para conformar una mejor sociedad.
Enhorabuena, larga vida y que siga la creación de muchos libros más, para el deleite, cultura y conocimientos de sus ávidos lectores.
Atenta y respetuosamente, Sergio Mejía Cano.