Alfredo Padilla
UNA NUEVA
¿GUERRA? CONTRA
LAS DROGAS
El pasado martes 11 de abril del presente, en la tradicional conferencia de prensa matutina del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se dio inicio a un nuevo segmento ‘informativo’ como parte de lo que se consideró estrategia de fondo para combatir el consumo de drogas, en especial del compuesto sintético “Fentanilo”, a raíz de la polémica que se ha generado con su trasiego, con Estados Unidos. Dicho espacio -tal como lo fue durante los momentos álgidos de la pandemia de Covid-19-, tendrá de responsable al subsecretario de salud Hugo López Gatell, quien en su oportunidad presentó ya algunos datos que, de entrada, se vuelven susceptibles de un análisis más detallado. El doctor habló de las muertes causadas por las drogas, haciendo una comparación con el vecino país del norte, donde por supuesto mostró un porcentaje menor para México, como si tener menos muertes fuera señal de que después de todo, el problema más grave no se encuentra aquí, y por tanto no es tan malo, y es controlable.
En las últimas semanas, el Presidente ha hecho patente su inconformidad ante la exigencia de autoridades de Estados Unidos, e incluso de la reacción de China ante la reciente misiva que le fue remitida a fin de frenar toda actividad que tenga que ver con el tráfico del fármaco en cuestión. “ En México no existe ese problema”, sostiene el Mandatario, pero ¿realmente es así, o con las adicciones en general? En palabras del mismo doctor López Gatell, en México no existe un registro preciso de las personas que consumen drogas, y por tanto, a decir verdad, la información que reveló parece no ser lo suficientemente de peso como para afirmar que van bien las cosas.
Así, la estrategia implementada en este sexenio que se acerca a su culminación, no termina entonces de consumar resultados de fondo, y es lo que a decir de diversas voces expertas, debe de instar a fortalecer aún más la coordinación entre instancias de gobierno, la construcción de diagnósticos exactos y la cooperación consensuada con los propios países en mención, más allá del reparto de culpas o deslinde de responsabilidades. De ahí entonces la incógnita que se desprende de la crítica lanzada por diversos actores del presente oficial, a la estrategia que en su momento puso en marcha el expresidente Felipe Calderón, con la tan sonada «guerra contra el narcotráfico»: ¿qué tanto se viró y se ha ganado en relación con ese entonces?
Es necesario pues, pasar del tradicional concepto relativista del México en el que “no pasa nada”, y todo pasa a la vez, a la de reconocer, descifrar, acordar respuestas contundentes y comunicar eficazmente con la verdad. Declarar que México no tiene nada que ver con los problemas del fentanilo (primero lo afirmó hace días el Canciller Marcelo Ebrad, y ahora el doctor Gatell, negando la producción y rutas de trasiego y distribución), no aportan elementos suficientes para la solución requerida. Es momento entonces, de encarar la verdad, sumar para fortalecer, unir para vencer y construir para sanar y crecer.
