CON PRECAUCIÓN

Sueldos libres de polvo y paja

Por Sergio Mejía Cano

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su conferencia matutina de ayer jueves 11 de este mes de marzo, presentó una lista de 49 prebendas y privilegios que gozan los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), añadiendo que por esto se justifica que hayan rechazado la reforma electoral denominada también como “plan B”, en donde precisamente se pretendía ajustar los salarios de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), así como el del Tribunal Electoral.

Y si bien ya se había documentado respecto a los altos e indignantes sueldos de los consejeros del INE, así como de todos esos privilegios que perciben los ministros de la SCJN, más bien mucha gente lo consideraba nada más como un rumor; sin embargo, ahora se dan a conocer públicamente y, por el mismo AMLO, tal vez para que toda esa gente que salió a protestar en defensa del INE y que ahora se organiza para organizar otra marcha con el mismo lema de “no se toca”; pero ahora en vez del INE a quien se va a defender es a la SCJN.

Lo triste del caso es comprobar una vez más que el hilo se revienta siempre por lo más delgado, pues cuando algunos trabajadores ganan más que otros, de algún modo se satanizan a esos que ganan más para que los que ganen menos aplaudan cuando se pretende bajar o quitar las conquistas laborales ganadas por algunos sindicatos.

Un claro ejemplo es como cuando se fraguó la desaparición de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, en donde se puso de pretexto el que sus trabajadores ganaban mucho dinero y que era una gran carga para el erario, por lo que mucha gente se fue con esta finta y aprobó que desapareciera esa compañía de luz. Sin embargo, en algunos medios se dieron a conocer los testimonios de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, sobre todo los de campo, que mostraron mediante sus recibos de sueldo que su salario no pasaba más allá de los mil 500 pesos por quincena y, si a esto se le agregaban los descuentos de cuotas sindicales, los de Hacienda y los seguros de vida adquiridos, en uno de los recibos el salario no rebasaba los mil 200 pesos.

Si algún sindicato logró que a sus trabajadores se les otorgaran 40 días de aguinaldo, a otro sector de la población y a algunos patrones o representantes de estos no les parecía en lo absoluto, por lo que una vez que se determinaba bajar esos 40 días a 20 nada más, tal y como lo establece la Ley Federal del Trabajo (LFT), aquellos otros sectores de la población y por ende la clase patronal, obviamente que tienen que aplaudir esta decisión y, si mediante una propaganda adversa en contra de esas conquistas laborales que los patrones quieren eliminar, desde luego que los sectores de la sociedad que critican esos 40 días de aguinaldo, por supuesto que también lo aplaudirán.

Hasta hoy en día, en nuestro país son pocas o casi ninguna las empresas que otorgan salarios dignos de acuerdo a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, por ende, tal y como lo señala la LFT, un salario que se ajuste para el sustento alimenticio, abrigo, cultura y esparcimiento. Y si bien actualmente los salarios mínimos se han incrementado, el aumento de los productos de la canasta básica hace que todo sigua igual o peor en cuanto a su poder adquisitivo.

En cuanto a lo de Luz y Fuerza del Centro, si bien hubo voces en su momento que señalaban que había algo muy turbio en su desaparición, ahora se sabe que todo fue una estrategia de Felipe Calderón Hinojosa para que entrara a nuestro país con el pie derecho la compañía eléctrica española Iberdrola. Hecho que dejó a miles de trabajadores mexicanos en la calle, sin ninguna consideración más que la de favorecer a la empresa extranjera.

Y de acuerdo a lo que dio a conocer AMLO en su conferencia matutina, se entiende que los salarios de los ministros de la SCJN, así como los de INE y del Tribunal Electoral son libres de polvo y paja, pues según sus privilegios no gastan en comida, autos, gasolinas, teléfonos móviles, internet, es decir, no pagan prácticamente nada de su bolsillo, de lo devengado por sus cargos públicos, sino que todos sus gastos personales y particulares los absorbe el pueblo con sus impuestos y contribuciones.

Ojalá y algún día se cumpla esa utopía que tantas veces se ha dicho: salario mínimo al presidente para que vea lo que se siente. Porque de acuerdo al artículo 127 constitucional, si el presidente de la República ganara el salario mínimo, ningún otro servidor público podría ganar más.

Sea pues. Vale.

Redacción

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