El desprestigio tan evidente de algunos comunicadores
Por Sergio Mejía Cano
Hoy en día periodistas, comunicadores, informadores, creadores, formadores y renombrados líderes de opinión, tanto en medios impresos como televisivos, gracias a las redes sociales han caído en franco desprestigio, debido a que, como se dice coloquialmente: las cosas tienden a caer por su propio peso. Así que, como ahora hay informadores no alineados con el antiguo régimen y, como siguen aferrados los promotores y protectores de ese régimen impositivo que existió hasta diciembre de 2018, cada día que se dice algo, siempre hay quien debata lo dicho por unos y otros.
Desde luego que esto podría ser interminable porque hay muchos comunicadores que se sienten aún comprometidos por quien los maiceaba y protegía; sin embargo, poco a poco y afortunadamente se ha ido diluyendo esta clase de comunicadores que digan lo que digan, ya es muy poca opinión pública que les cree lo que dicen o informan.
Cuando Jacobo Zabludovsky era el amo y señor de la “información” en la televisión, hubo voces que decían que de lo dicho por Jacobo el 50 por ciento no era cierto y de lo que decía el comunicador o lector de noticias, más bien, nada más el 25 por cierto podría ser un poco creíble; pero, que habría que ponerlo en duda también. Pero como para todo hay gente, siempre hubo quien le creyera a pie juntillas lo que decía o informaba Zabludovsky, igual como hay personas que hoy en día le siguen creyendo a los que han seguido la escuela de don Jacobo.
Ahora hay quienes se siguen rasgando las vestiduras por la balconeada que les da a varios medios, periodistas y comunicadores, el presidente Andrés Manuel López Obrador(AMLO) en sus conferencias matutinas, por lo que constantemente lanzan voces de protesta pidiéndole que ya le pare que no es ético atacar esos medios y periodistas; sin embargo, quienes señalan esto no se ponen a pensar que quien falta a la ética profesional son precisamente quienes publican mentiras un día sí y otro también.
Pero como dicen los expertos: un medio impreso o televisivo, así como periodistas, reporteros, columnistas, articulistas y lectores de noticias no podrían subsistir por sus propios medios, por lo que muchos de ellos se tienen que poner al mejor postor, así se les obligue a actuar en contra de sus ideales o forma de pensar. Una empresa editora de periódicos impresos no podría salir adelante con la pura venta de sus diarios ejemplares, por lo que de alguna forma tiene que recibir un subsidio ya sea por parte gubernamental, empresarial, sindical o como sea, el caso es recibir recursos económicos como sea y de quien sea con tal de permanecer entre la opinión pública.
Afortunadamente hoy en día existen las redes sociales en donde hay comunicadores que, sin estar alineados hacia un lado u otro, analizan el actuar de AMLO y de lo que hacen o dicen sus adversarios y detractores que la mayoría de las veces lo único que pretenden es poner la duda entre la opinión pública de si es cierto o no todo lo dicho y hecho por AMLO, por lo que después de analizar a fondo ambos puntos de vista, se llega a la conclusión de que muchas de las veces, si no es que todas, quien miente, difama y calumnia son más los adversarios y detractores que el propio AMLO; aunque también de vez en cuando y como humano que es, comete sus errores e inexactitudes, sobre todo cuando afirma tener otros datos, así se le esté demostrando lo contrario y con pruebas fehacientes. Se entiende que nadie es perfecto. Porque así AMLO sea el presidente de nuestro país, no está exento de ser víctima de adulaciones, mentiras e información tergiversada de todo tipo y, por ende, la posibilidad de ser engañado dentro de su grupo interno que tal vez, sigan comprometidos con alguien más por favores antaño recibidos.
Afortunadamente gracias al desprestigio en que han caído la mayoría, si no es que todos los comunicadores que basan su fama y estatus económico denostando a AMLO cotidianamente, ahora ya muy poca gente les cree, por lo que sus teatritos se derrumban como castillos de naipes encuerándolos y dándolos a conocer tal como son.
La pregunta podría ser cómo estos informadores y hoy desprestigiados lectores de noticias que han hecho su modus vivendi con base en mentiras, difamaciones, denostaciones y todo tipo de mentiras, con qué mirarán a sus hijos y familiares, porque así entre sus familiares más cercanos y allegados les crean, entre esos familiares podría haber gente con dos dedos de frente que sopesen el actuar de esos comunicadores y no se engañen.
Sea pues. Vale.