CON PRECAUCIÓN

Accidentes por las prisas o por falta de cultura vial

Por Sergio Mejía Cano

Si bien desde que el hombre comenzó a desplazarse por Mar, tierra y aire utilizando vehículos, se podría decir que los accidentes con los vehículos nacieron prácticamente al mismo tiempo; sin embargo, cuando los vehículos, sobre todo los terrestres se convirtieron en automotrices y aumentó la velocidad empleada por los mismos, dichos accidentes se incrementaron considerablemente.

En poblaciones tanto rurales como urbanas se suscitan accidentes automovilísticos cotidianamente; pero es en las carreteras en donde se han dado los más terribles y fatales accidentes de todo tipo ya sea por volcaduras, alcances, falla en los frenos, unidades incendiadas y, desde luego, choques de frente. Lo curioso en estos casos de accidentes de alcances y choques en carretera y, de acuerdo a la infinidad de imágenes de video y fotografías, se ve en las mismas que por lo regular suceden en tramos con línea continua o punteada de color amarillo, lo que significa que en esos tramos no se debe rebasar o tratar de adelantar otros vehículos en la misma dirección.

Tal vez en la naturaleza humana de algunas personas, esté más presente llegar primero o antes que otros y, si a esto le aunamos la prisa o el menor tiempo en querer llegar a su destino; pero sobre todo la falta de cultura vial, el desconocimiento o simplemente por la dejadez o rebeldía de no acatar las leyes de tránsito en sus tres niveles: federal, estatal y municipal.

Puede haber ocasiones cuando una persona alcanza a un vehículo de carga en una pendiente ascendente sea presa de la desesperación por la entretención que esto podría significar, por lo que, precisamente debido a esa desesperación y el posible estrés haga que de alguna forma se le nuble el pensamiento y querer rebasar aunque no debería hacerlo en ese tramo, sobre todo si es zona de montaña, por lo que creyendo que tal vez no venga ningún otro vehículo en contra, trata de adelantar ese lento carguero y sobreviene un accidente porque debido a una curva o un columpio no pudo ver que venía otro vehículo en contra; porque saber que podría venir otro vehículo en contra, desde luego que tendría que saberlo. Pero la desesperación por el tiempo que pudiera perder en su trayecto, muchas de las veces no llegan a ningún lado más que al hospital o a una morgue.

Pero esto de que muchas personas siempre quieran ser las primeras en todo, se puede mirar en muchas de las ciudades del país, si no es que en todas, pues hasta en los choferes del servicio del transporte urbano se puede ver esto, ya que al llegar a una parada y ya están ahí varios camiones, el chofer del urbano no quiere quedar al último, por lo que rebasa toda la fila tratando de adelantar a los camiones que ya están subiendo y bajando pasaje, por lo que los usuarios que tendrían que bajar en esa parada ya no se bajaron porque el chofer ya no halló lugar en donde detenerse y, por lo mismo, aparte de no bajar a los usuarios, tampoco subieron los que estaban esperando esa ruta.

Otra escena citadina muy vista es cuando al llegar a un semáforo en alto y hay dos carriles y en uno de ellos está una fila de cinco o más vehículos y en el otro carril nada más uno o dos, es común ver que, si quien conduce un vehículo por el carril donde están los cinco vehículos o más, pretenda irse al otro carril en donde hay menos carros. O en una calle angosta con circulación en ambos sentidos en donde hay una detención y hay una larga fila de vehículos, es común ver que los desesperados invaden el carril del sentido en contra para tratar de adelantarse a los demás pudiendo ocasionar un accidente similar a los de las carreteras al encontrarse a otro vehículo por su carril. Algo parecido se puede mirar cuando hay una entretención en un crucero público a nivel con una vía férrea, en donde a un lado de la vía del ferrocarril hay una larga hilera de carros esperando pasar y del otro lado no pasa ningún vehículo; pero da la casualidad que, en cuanto alguien desesperado invade el carril del sentido contrario, la vía férrea es despejada y, los carros que estaban del otro lado comienzan a avanzar encontrándose con el carro cuyo conductor desesperado invadió el sentido contrario.

En muchos de los casos de accidentes vehiculares tanto en carreteras como en calles citadinas, mucho tendría también que ver el exceso de velocidad, lo que es muy común en infinidad de accidentes con vehículos automotrices; pero más la falta de cultura vial o por no hacer caso a los reglamentos de tránsito vehicular.

Sea pues. Vale.

Redacción

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