CON PRECAUCIÓN

Globos inflados en un mundo de alfileres

Por Sergio Mejía Cano

Cierta vez el escritor, ensayista, cronista, poeta y una larga cadena de títulos literarios, Carlos Monsiváis, dijo en una entrevista que la política mexicana ya parecía a un teatro de revista, refiriéndose al actuar y comportamiento del entonces presidente Vicente Fox Quesada, debido a la falta de seriedad en cuanto a los bandazos en su administración.

El problema es que al parecer todo sigue igual o peor ahora que se abrió la contienda para la próxima sucesión presidencial, sobre todo en la denominada “Va por México” ahora llamada “Sociedad amplia por México”, en donde los aspirantes parecieran estar precisamente dentro de un teatro de revista.

Según se dice, la favorecida por la mano que mece la cuna ha sido la senadora Xóchilt Gálvez; aunque hay quienes dice que posiblemente sea nada más un señuelo, una distracción como las que se mandan a los misiles aéreos para que los persigan a esos señuelos y no al objetivo seleccionado. Pero también podría existir la posibilidad de que por lo pronto se haya escogido a la senadora Gálvez como la próxima candidata presidencial con el fin de que reciba los menos ataques debido a la violencia por razón de género, porque Xóchitl Gálvez no las tiene todas consigo, porque si bien era más o menos conocida por sus últimas fantochadas como encadenarse en el Senado de la República o disfrazarse de dinosaurio y uno que otro argüende menor, desde que fue destapada hasta por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, se comenzó a hablar de ella mediáticamente, por lo que ahora ya es más conocida a nivel nacional.

Y, precisamente por ser mujer, cualquier cosa que diga alguien en su contra, de inmediato quienes la apoyan van a protestar por una posible violencia política por razón de género; sin embargo, por lo que se oye de parte de algunos analistas que han seguido su trayectoria y por decir que es de origen indígena y de familia de escasos recursos, no se ha hecho esperar que varios periodistas, analistas y mexicanos comprometidos con la verdad, se han dado a la tarea de escarbar en su pasado descubriendo que tal vez no sea indígena ni que haya salido de una familia de escasos recursos.

Pero como sea, la supuesta imposición de la senadora Gálvez como posible candidata de Va por México, que lidera Claudio X. González Guajardo, ha hecho tal vez pensarlo dos veces a otros suspirantes, por lo que han abandonado el barco antes de tiempo, a la mejor porque se dieron cuenta, les dijeron, intuyeron o vieron claramente que ya hay una decisión no a favor de Gálvez, sino de algún otro personaje más que espera pacientemente viendo cómo se comporta la cargada con Xóchitl, en el entendido de que la senadora no es más que una caricatura para las cúpulas empresariales y políticos de la oposición, quienes jamás han visto con buenos ojos a quien se dice de raíces indígenas o que provenga de la clase baja.

Y si bien el caso de Xóchitl Gálvez no sea así, de todos modos, no es güerita ni de ojos claros y, además, su comportamiento tira más a lo vulgar y campechano que al estoicismo que marca a quienes se sienten por encima de la población, de la raza de bronce, del mexicano común pues, al pueblo que siempre han mirado por encima del hombro y del que se han aprovechado para generar su estatus económico desde siempre.

Queda claro que, mediáticamente se puede inflar o tumbar a una persona tenga el estatus que tenga y más, en política, porque se ha visto que alguien desconocido de pronto es el non plus ultra, al que a través de los medios lo llenan de virtudes a más no poder; ejemplos sobran, pero para no ir tan lejos he ahí el de Vicente Fox a quien mediáticamente se le dio a conocer a nivel nacional ayudado por sus asesores que le indicaban cómo conducirse, qué decir, cómo atacar y sacar de Los Pinos a las víboras prietas, a las tepocatas, etcétera. Puro teatro, obviamente, porque los resultados ahí están: fue puro jarabe de pico que, aunque lo hayan encumbrado mediáticamente los hechos hablaron por sí mismos dejando ver a una persona con un coeficiente intelectual muy bajo que nunca supo en dónde estaba ni lo que significaba tener encima la investidura presidencial.

Ahora esto ya se está dando con la senadora Gálvez, pues el señor Sergio Sarmiento dijo en el programa televisivo de “Tercer Grado” de Televisa, antier, que Xóchitl Gálvez ya está repuntando en las encuestas a lo que ha contribuido el mismo presidente López Obrador al estar hablando casi diariamente de ella en sus mañaneras.

Sea pues. Vale.

Redacción

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