Debilidad muy palpable de la Secretaría de Gobernación
Por Sergio Mejía Cano
No cabe duda de que la jerarquía católica está cada día más desfasada debido a la debilidad que ha mostrado siempre la Secretaría de Gobernación (SG) y más recientemente en que se está metiendo en asuntos que constitucionalmente no le corresponden en lo absoluto.
Pero ya tiene tiempo esta jerarquía que se ha estado saltando las trancas con su publicación semanaria “Desde la Fe”, en donde abiertamente publican artículos y reportajes que no les corresponden.
La SG debería ya meter en cintura a la jerarquía católica haciéndoles ver que nada más se deben dedicar a su ministerio, a dar la buena nueva y no meterse en asuntos mundanos de la política y las leyes que no tienen nada que ver con ninguna de las Iglesias establecidas y reconocidas en nuestro país.
Esta jerarquía católica tiene muchas voces a través de organizaciones civiles, por lo que no tiene por qué faltar a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos alzando la voz por cosas mundanas y que son de puras creencias.
Nos rige a los mexicanos un Estado Laico, pero esto no significa ningún tipo de prohibición para profesar o no profesar la religión o creencia que cada quien prefiera; sin embargo, nuestra Carta Magna marca claramente la separación Iglesia-Estado, aplicando literalmente aquello de lo de Dios es de Dios y lo del César del César o algo así que, marca claramente que las Iglesias no pueden ni deben de intervenir en asuntos de leyes terrenales ajustándose meramente a las leyes que les dicte la Divinidad en la que crean.
Esta separación Iglesia-Estado significó muchas vidas de mexicanos para lograrla, sufrió mucho nuestra Nación para que no hubiese una religión oficial rigiendo en México, tal y como acontece por lo menos en algunos otros países de Centro y Sudamérica. Así que qué mejor cosa no le pudo haber pasado a nuestro país al no estar atado a ninguna creencia o religión extranjera, para que cada quien escogiera a su libre arbitrio lo que quiera creer o no cree, sin estar obligados a nada ni a nadie, más que a su propia conciencia.
El problema es que ahora a las organizaciones civiles se ha aunado la Iglesia Católica que, en voz de algunos obispos y jerarcas católicos se pronuncian también contra la distribución de los libros de texto gratuitos, ¿por qué? Pues al parecer únicamente por hacer eco a las voces disidentes que afirman que dichos libros contienen ideologías contrarias al bien común, algo que ya se ha aclarado hasta la saciedad, reconociendo las autoridades correspondientes varios errores tanto en fechas como en datos históricos.
Y lo peor del caso que por lo menos y de acuerdo a una nota, ayer martes de los corresponsales Juan Carlos Partida, Carlos Bañuelos, Raúl Robledo, Juan Carlos Estrada y la reportera Georgina Saldierna, de La Jornada, entre otras informaciones señalan que el obispo de Aguascalientes, Juan Espinoza instruye a los sacerdotes de su diócesis invitar a los fieles a la marcha convocada por el Frente Nacional de la Familia para el próximo día 20 para repudiar la distribución de los libros de texto gratuitos. Y en la misma forma solicitó emplazar a la movilización durante las misas.
Y he aquí el meollo del asunto y por qué no se les permite a las iglesias a conformar partidos políticos, siempre y cuando estén separados de su ministerio al menos cinco años antes para poder participar en política, ya que, por su poder de influencia entre la feligresía, en las misas podrían arengar a sus creyentes en hacer lo que se les dicte como si fuera palabra de Dios.
Si de por sí, con la prohibición constitucional que tienen las iglesias para participar en política, últimamente, por lo menos la católica ha criticado abiertamente decisiones políticas tanto en sus publicaciones como en sus templos.
Por eso, la SG se debería de poner las pilas y fajarse los pantalones o en este caso las faldas y hacerles ver a los jerarcas católicos que se están orinando fuera de la olla haciendo cosas indebidas que no le corresponden para nada y menos, porque alguna vez el anterior arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, de que ellos, los eclesiásticos obedecían más a las leyes divinas que a las terrenales; y esto sí que es claramente un peligro para México. A los representantes de las Iglesias en nuestro país se les permite votar como ciudadanos mexicanos que son; pero no ser votados, precisamente por su influencia entre sus feligreses a los que tal vez, les dirían que si no votaran por ellos caerían en pecado mortal. Sea pues. Vale.