Concierto de José Julián Mercado López al piano
Por Sergio Mejía Cano
La casa de Arte y Cinematografía, Nayar Lab Cinema, sita por la calle Lerdo, casi esquina con San Luis, en el Centro Histórico de Tepic, Nayarit, presentó este pasado viernes 29 de septiembre, al talentoso y joven pianista tepiqueño, José Julián Mercado López, quien ofreció su segundo concierto en este lugar teniendo una gran aceptación del público asistente. Fue el segundo concierto a pedimento precisamente del público que lo aclamó efusivamente.
José Julián Mercado, también toca el saxofón; sin embargo, sus más recientes conciertos han sido interpretando melodías de su autoría, las que ya suman más de 700 de diversos ritmos como valses, danzones, así como melodías tipo clásico antiguo y moderno todas, con el sello característico de su propio estilo el que, por cierto, es muy agradable, llegador y pegador.
Este joven y talentoso pianista, antes de iniciar este su segundo concierto, dio una breve semblanza de su vida infantil, detalles que lo inspiraron para la creación de las melodías a interpretar a continuación. Así que pidió al público interactuar con preguntas y él respondiendo, así como interpretar lo que el público se imaginara respecto a cómo surgió determinada melodía, lo mismo cómo se había inspirado para escribir y posteriormente interpretar sus melodías.
Su primera interpretación fue la melodía “Mi caminar sobre la León”, esto debido a que explicó que la calle León en Tepic, es de las que más le gustan, por la que caminó desde niño y que le agrada mucho esta calle. Así que la melodía la creó imaginándose ir caminando por esta calle sumido en sus propios pensamientos y disfrutando del paseo por dicha calle.
Imaginariamente, llegó a la Plazuela del monumento a La Madre, que se encuentra precisamente en la calle León y Morelos, en donde acostumbraba llegar a descansar un rato. Ahí conoció a una pareja de adultos mayores con los que adquirió de inmediato mucha empatía a pesar de la diferencia de edades, pues la pareja ya era de la tercera edad y él, Julián, apenas frisaba los diez años de edad.
José Julián lamentó pensar que posiblemente esa pareja de adultos mayores ya no exista; sin embargo, no olvida el beso en la frente con el que siempre se despedía la señora cuando se retiraban de la plazuela. La señora le comentó al entonces niño que siempre había tenido ganas de aprender a bailar tango, pero que a su esposo no le daba mucho por esto, por lo que siempre se quedó con esas ganas de aprender a bailar tango.
Esto fue lo que inspiró a José Julián ya una vez que creció para crear una melodía a la que denominó “Nuestras canas y un tango”. Antes de iniciar esta composición, el pianista sugirió al público imaginarse durante la interpretación el momento en que bailaba el señor y cuándo bailaba la señora que la que mostraba más entusiasmo que el varón, así que por lo mismo, la melodía mostraba altos y bajos en el ritmo dando a entender el baile de cada uno de los integrantes de esta noble pareja de adultos mayores, terminando su creación con lo que dijo, significaba el beso en la frente de despedida y el hasta luego.
De esta plazuela, el pianista llevó de la mano al público hasta “La Alameda” en donde según le comentaban sus ancestros, hace muchos años existió un quiosco en este parque, por lo que a su siguiente interpretación la llamó “El vals del quiosco”, debido a que en su entonces infantil imaginación veía parejas bailando un vals en el quiosco.
Comentó Julián Mercado que inició su educación musical a la temprana edad de ocho años en la Escuela Superior de Música que estuvo en ese entonces precisamente por la misma calle Lerdo, a un lado de la “Casa Fenelón”, que por ser un edificio antiguo se imaginaba que ahí espantaban, sobre todo una brujita en su imaginación que salía al balcón a despedirlo cuando salía de clases. Así que le compuso la melodía “Las patitas de la bruja”.
El joven pianista se preguntó a sí mismo que cuándo había nacido el romanticismo en la música, por lo que determinó que, para él, el romanticismo había nacido con la 5ª Sinfonía de Beethoven, por lo que interpretó un 3er movimiento de su melodía “Nayarit romántico”, fue el tercer movimiento debido a que es una melodía muy larga.
Y ya para terminar este segundo concierto de piano, Julián Mercado cerró con el también 3er movimiento de su melodía denominada “La Luna sobre Nayarit”, basada precisamente en el romanticismo; momento propicio debido a que la hermosa Luna “Selene”, precisamente estaba en todo su esplendor en este día.
Sea pues. Vale.