CON PRECAUCIÓN

Bienvenida la ley silla

Por Sergio Mejía Cano

Gran parte de la clase trabajadora está de plácemes ahora que se aprobó una ley que reforma los artículos 132 y 133 de la Ley Federal del Trabajo, una ley a la que se le ha denominado coloquialmente como “Ley Silla”, la que obliga a la clase patronal a proporcionar sillas o asientos a sus empleados para que no permanezcan de pie toda su jornada laboral.

Según se informa en portales de internet y demás redes sociales, así como en medios informativos tradicionales dicha ley tardará aún en entrar en vigor; sin embargo, se dice también que no habrá impedimento para que sea ratificada en la Cámara de diputados.

Esta reforma a la ley laboral se había tardado mucho en darse a pesar de que desde hace décadas se había documentado que las várices tanto en mujeres como en varones se daban más en quienes tenían que laborar toda su jornada de pie, así que otras indisposiciones en el cuerpo humano como en la columna vertebral, articulaciones y músculos en general.

Para la mayoría de la gente es muy común y normal mirar personal que atiende de pie por lo regular en tiendas departamentales, en supermercados o tras un mostrador, sin ponerse a pensar si ese personal reposa sentado en algún momento de su jornada de trabajo; pero es probable que tal vez no se llegue a sentar en ningún momento, sino que permanece de pie a la mejor no porque lo tengan prohibido, sino porque no hay dónde sentarse. Por lo que esta reforma a la ley laboral establece principalmente que los patrones o empleadores tendrán que colocar sillas con respaldo para que sus trabajadores reposen por lo menos un determinado tiempo.

Y a propósito de los centros comerciales, es común mirar empleados recibiendo a los potenciales clientes en la puerta para indicar el lugar que buscan esos clientes o indicándoles la dirección de las cajas o determinado departamento; y desde luego, están las cajeras de los supermercados que permanecen en su lugar durante toda su jornada. Pero también en algunas fábricas la producción en serie se tiene que hacer de pie, así como hasta en panaderías, en restaurantes, en puestos de comida, etcétera.

Claro que hay trabajos que representan más riesgos en cuanto a las labores a realizar; sin embargo, se puede afirmar que todo trabajo representa un riesgo laboral, porque si bien un albañil corre el riesgo de caer de un andamio, que le caiga una barda encima o caer a un pozo, etcétera, hasta un oficinista se puede caer de una escalera o si el edificio en donde trabaja hay elevador, este podría descomponerse y caer o quedar atorado, etcétera. Así que riesgos laborales los puede haber en toda clase de trabajos. Sin embargo, el permanecer de pie durante ocho o más horas también es un gran riesgo, por lo que esta decisión de proporcionar asientos a los trabajadores es lo mejor que les pudo haber pasado a estos trabajadores que por sus labores tienen que estar de pie.

Pero así como permanecer de pie durante muchas horas, también el estar sentado durante una jornada labora tiene sus riesgos y tal vez hasta más severos; esto se puede comprobar con los choferes del servicio público del transporte urbano y foráneo, sobre todo con los de los camiones cuyos conductores tienen que aguantarse por fuerza la mayoría de las veces el tener que orinar o defecar, por lo que deviene en piedras en vejiga y riñones, así como posible peritonitis en caso de aguantarse muchas horas las ganas de zurrar, y ya no se diga infecciones por ingerir alimentos con las manos sucias porque en caso de mojárselas podría devenir artritis por lo caliente de los músculos al maniobrar el volante; total, que ni para dónde hacerse en cuestión de riesgos laborales.

En cierta ocasión se documentó un reportaje respecto a los empleados bancarios que, si bien si disponen de asientos para realizar sus labores, se determinó que el permanecer tantas horas sin recibir la luz solar y estar expuestos a la luz artificial, así como la posición de permanecer sentados, se habían detectado empleados bancarios con series afectaciones en la piel y en la vista al estar muchas horas en un ambiente anormal para el organismo humano.

Así que estar de pie o sentado en un trabajo de todos modos hay riesgo laboral, lo mismo si se está en movimiento constante; pero se tiene que trabajar con todos los riesgos que esto conlleva, por lo que no queda otra más que de entrarle al toro y rezar para que nos vaya bien y no se nos atraviese un alambre de alta tensión, una cáscara de plátano, un vehículo, etcétera.

Sea pues. Vale.

Redacción

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