Los taninos también hacen que el cuerpo libere serotonina, lo que puede provocar dolores de cabeza
Una copa de vino al final del día, con una deliciosa cena o en una reunión con amigas se disfruta y mucho. No obstante, abusar de esta delicia de las uvas puede causar un efecto bastante negativo al día siguiente, la famosa resaca. Y es que, en temporada de invierno es muy común experimentarla.
Sentirse con dolor de cabeza, cansancio, sed insaciable, boca seca y más síntomas nos recuerdan que nuestros excesos del día anterior tienen consecuencias. Sin embargo, ¿por qué nos sentimos peor cuando nos excedemos con vino tinto?
Un equipo de científicos propuso una nueva explicación sobre el mecanismo que causa el dolor de cabeza después de beber vino tinto. Según un estudio publicado por Scientific Reports, realizado por la Universidad de California, la quercetina, un flavonoide presente en el vino tinto, es responsable de la cefalea asociada con el consumo de alcohol.
El vino tinto tiene la reputación de causar dolores de cabeza intensos, a veces en menos de 30 minutos después de su ingesta. Los malestares tempranos del vino a menudo se comparan con las resacas resultantes de consumir grandes cantidades de otras bebidas alcohólicas, como el vodka o el tequila. Para esté suceso, la ciencia tiene algunas hipótesis al respecto. La más reciente refiere que el vino tinto cuenta con un ingrediente exclusivo que, al descomponerse en el hígado, libera una sustancia que amplifica los efectos tóxicos del alcohol.
Cualquier bebida alcohólica consumida en exceso produce malestares generales como dolor de cabeza, fatiga y náuseas. Esencialmente el etanol (o alcohol etílico) presente en las bebidas se descompone en el hígado y forma acetaldehído. Este compuesto es tóxico y afecta los procesos del órgano interno si se acumula en grandes cantidades.
Para proteger al cuerpo del daño causado por el alcohol, el hígado “desintoxica” automáticamente el acetaldehído. A través de las enzimas ALDH2, el órgano oxida la molécula derivada del alcohol etílico para producir acetato y convertirlo en una fuente de energía para el cuerpo. Mientras eso pasa, el ser humano se recupera de la sensación de estar alcoholizado, pero con el vino el hígado se “duerme” por así decirlo.
El momento exacto de dormir
En el caso específico del vino tinto, es posible que el flavonoide quercetina sea el responsable de generar esa sensación de malestar tan rápido. La quercetina se encuentra naturalmente en el pigmento de frutas, verduras y plantas. Es conocida por sus propiedades antioxidantes y se encuentra en mayor proporción en las uvas utilizadas para producir vino tinto. La quercetina es una parte esencial del vino y contribuye en parte a su color, sabor y sensación.
Una vez ingerida, la quercetina se procesa para generar otros compuestos, como el glucurónido de quercetina. Según el informe, esta molécula bloquea la enzima ALDH2, el componente clave del hígado responsable de transformar el acetaldehído en acetato. Por lo tanto, cuanto más glucurónido de quercetina se encuentre en el organismo (o cuanto más vino se consuma), mayor será el nivel de acetaldehído y más subproducto tóxico del alcohol tendrá el cuerpo.
Y si, a eso se le agrega, la deshidratación, el estado emocional del bebedor, los congéneres de la bebida (o los ingredientes extra) y las cantidades de etanol introducidas al cuerpo que intensifican los malestares, entonces la resaca del cuerpo aumenta sin dudarlo.