Un triunfo relativo de los embaucadores y manipuladores
Por Sergio Mejía Cano
En el pasado sexenio de Enrique Peña Nieto se pretendió suspender o eliminar la materia de historia en la educación básica y, por ende, de la media superior, pues al no tener la base en la educación básica, pues menos ya más avanzados los estudios en donde la historia tanto nacional como universal sería ya prácticamente desconocida.
Afortunada e infortunadamente hoy en día se cuenta con las redes sociales en donde se puede buscar y encontrar mucha información sobre hechos y acontecimientos históricos recientes y pasados; afortunadamente porque en las redes sociales muchas de las veces la mayoría de la gente que busca cualquier tipo de información se siente satisfecha al encontrar los datos que buscaba y, si la información encontrada no satisface sus expectativas se adentra más en su búsqueda encontrando en ocasiones datos contrarios a lo que se dice en otras informaciones, por lo que en este caso se puede hacer una valoración entre dos o más informaciones que se contravengan entre sí y así sacar una conclusión más acorde o un promedio más veraz o apegado a la realidad.
Pero infortunadamente, porque también hay gente que para nada les interesan las redes sociales y menos detenerse a buscar ahí datos de cualquier tipo, ateniéndose nada más a lo que hasta antes de la aparición de las redes sociales la única información que se tenía era la oficial que se publicaban en medios impresos, la radio y la televisión, noticias e informaciones que mucha gente las tenía como verdades absolutas y que desgraciadamente sigue habiendo personas que siguen en las mismas de creer lo que se sigue diciendo e informando en radio, televisión y algunos de los pocos medios impresos que aún persisten, con sus honrosas excepciones, por supuesto.
El pasado domingo que se dio una manifestación en el zócalo de la Ciudad de México, en contra de la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en donde los detractores y adversarios de AMLO presumen la enorme cantidad de manifestantes que se hicieron ahí presentes, supuestamente porque según ellos se mostró músculo y fuerza de la oposición; sin embargo, tal vez no se pusieron a pensar que la zona conurbada de la Ciudad de México aglutina a millones de personas, y así hubiesen sido 90 mil o más manifestantes que llenaron la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional, todos esos miles de manifestantes no significan gran cosa ante los millones de habitantes de esa zona conurbada y que por ende, no representan a la gran mayoría, sino a una parte de un estrato social de clase media para arriba; pero que a pesar de pertenecer a esas clases, por lo que se ve y se ha visto, la mayoría de esa gente no está bien documentada en cuanto a la realidad nacional.
Y tan no está documentada a fondo la mayoría de estos manifestantes que traían pancartas con el lema de que luchan por la “democracia”; pero ¿cuál democracia, la de antaño acaso? ¿La democracia de la otrora época del PRI que ganaba de todas, todas las elecciones, por lo que se llegó a considerar el partido aplanadora? ¿La que permitió el fraude electoral de las elecciones de 1988 y la del 2006? ¿La de 1975 en el estado de Nayarit cuando se le arrebató el triunfo a gobernador de esa entidad al luchador social Alejandro Gascón Mercado y que ahora está plenamente comprobado que se había llevado de calle el triunfo? Y así se podría ir dando ejemplos de elecciones fraudulentas en la mayor parte del país y que por eso se llegó a decir en cualquier asunto de alegatos de todo tipo: ¡gánale al PRI! Lo que era prácticamente imposible por tener su democracia a modo, una democracia que, por lo visto, es la que están defendiendo esos manifestantes del pasado domingo 18 de febrero.
E infortunadamente la mayoría de estos manifestantes están o siguen engañados por los embaucadores y manipuladores que, a pesar de ya más de cinco años de la actual administración de AMLO, todavía se creen a pie juntillas que nuestro país va a ser como Venezuela, que va a aumentar la gasolina y que el dólar se disparará a más de 30 pesos; y ya más recientemente que les van a quitar sus casas, porque ya no habrá propiedad privada, y un largo etcétera de mentiras que nunca han cuajado.
Claro que entre los mismos manifestantes puede haber manipuladores infiltrados para en caso se llegar a ser entrevistados por los medios informativos, refuercen esas viles mentiras, ya que al fin y al cabo habrá gente que les va a seguir creyendo esas mentiras.
Sea pues. Vale.