Empieza preparando tu masa madre: Coloca en un envase de vidrio dos cucharadas de harina blanca y una de harina integral, agrega un poco de agua, revuelve con una cuchara de madera; procura que tu mezcla quede como engrudo, durante los dos días siguientes haz lo mismo.
PREPARACIÓN DEL PAN
Al cuarto día ya tienes lista tu masa madre, en un bol pon 80 gramos de masa madre, 180 gramos de agua (va pesada) y disuelve la masa madre removiendo con una cuchara de madera. Enseguida vacía 175 gramos de harina blanca y sin amasar solo procura que se mezcle todo sin que quede harina suelta.
Tapa tu bol con una servilleta y espera una hora. Llegado el momento, ponle a tu masa 8 gramos de sal, tómala y estírala dentro del bol y envuélvela, hazlo varias veces y vuelve a tapar tu bol.
Ahora esperarás 4 horas, sin amasar la masa -no lo necesita- saca cuatro puntas y llévalas hacia el centro, como cuando tapas las tortillas y no quieres que te enfríen. Pon tantita harina en otro bol y pon tu masa. Ahora lo volverás a tapar y mételo al refrigerador, espera de 14 a 24 horas, según tú quieras, ya con 14 horas está bien.
No amases la masa, sácala y ya deberás tener un molde engrasado, pudiera ser con mantequilla (engrásalo totalmente sin que te quede nada sin engrasar). Procura que tu molde sea el adecuado porque a la hora de cocerse el pan, éste crecerá un poco más de veces el tamaño de la masa.
Una vez que sin aplastar colocaste tu masa en el molde, y previamente calentaste tu horno, por dos minutos a la temperatura más alta, regúlalo que te quede a 230 y mete tu molde. Procura que éste tenga tapadera o sino busca una cazuela que no tenga nada de plástico.
En poco más de 50 minutos estará tu pan esponjado y doradito, listo para disfrutarlo.
