El psicólogo Bruce Hood explica cómo derribar los obstáculos mentales frente a la felicidad
Julio Arrieta
¿Te has dado cuenta de lo felices que son los niños?, te lo pregunta Bruce Hood, un sicólogo experimental especializado en neurociencia cognitiva del desarrollo.
Para romper los patrones de pensamiento negativo, este experto dicta siete lecciones que complementa con sus respectivos deberes.
- CAMBIAR TU EGO. La felicidad adulta requiere que cambiemos nuestro sentido del yo para tener en cuenta la mente de los demás.
- EVITA EL AISLAMIENTO. Prosperaremos en grupo y languidecemos si estamos aislados.
- RECHAZA LAS COMPARACIONES NEGATIVAS. Escribe tres cosas de tu vida por las que estés agradecido y reconoce las veces que has fracasado observando los beneficios.
- SÉ MÁS OPTIMISTA. Como animales que somos, hemos desarrollado la propensión a prestar atención a las señales negativas del entorno como mecanismo de defensa. Nos fijamos más en lo malo que en lo bueno. Hay que trabajar en el optimismo. No solo porque los optimistas son más felices sino que también están más sanos, caen mejor a los demás y tienen mayor esperanza de vida. Hood propone un ejercicio: Imagina el mejor futuro posible para ti, distánciate de la situación actual e imagina tu situación ideal dentro de cinco años. Escribe cómo podría ser.
- CONTROLA TU ATENCIÓN. Nos pasamos la vida imaginando futuros posibles que, cuando tenemos ansiedad o estrés, siempre planteamos los malos. Tratemos de controlar esas divagaciones. Como ejercicio para esto, «toma nota de cuando tu mente divaga e identifica en qué momentos tiende a los pensamientos negativos. En esos instantes realiza actividades que requieran de tu mayor atención. podría ser por ejemplo, un buscapalabras, o dibujar letras.
- RELACIÓNATE CON LOS DEMÁS. Las experiencias compartidas intensifican nuestro placer. Participa en reuniones sociales pero siempre guarda tu celular.
- SAL DE TU CABEZA. Sal a contemplar el firmamento cada que puedas, reactiva tu curiosidad infantil y empieza explorando tu propio barrio y su historia. Cada semana dedica tiempo a una afición que te produzca alegría. Si es en grupo mejor.
