Mientras haya creyentes los medios de manipulación seguirán vigentes
Por Sergio Mejía Cano
Durante un buen tiempo, en el pasado reciente, se llegó a decir por buena parte de analistas y algunos sectores de la población, así como mexicanos pensantes que, la verdadera Secretaría de Educación Pública (SEP), eran las televisoras predominantes en nuestro país: Televisa y TV Azteca, pero más, Televisa, televisora abierta que, aún en 1968 era Televicentro, tergiversó mucho los hechos fatídicos de aquel 2 de octubre (no se olvida), al igual que la mayoría, si no es que todos, los medios impresos, excepto Excélsior, cuyo director en ese entonces era don Julio Sherer García.
No por nada el ahora expresidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se llegó a referir a la mayoría de los medios de información como medios de manipulación, ya que en realidad la mayoría de estos no presentan la información como tal, sino de acuerdo a como sirva a los intereses de sus propietarios o de quienes les pagan para decir o no decir tal o cual cosa.
Es obvio que, cuando se detectó el gran poder mediático de la televisión cuando llegó a la mayor parte de la población mexicana y además, la influencia que ejercía entre personas de todas las edades, mentes aviesas supieron aprovechar esa influencia para engañar a quienes se dejaran engañar, aunque afortunadamente otra parte de la población desde un principio sopesó y ha sopesado todo lo que se dice o informa mediante las televisoras abiertas que son las que llegan a prácticamente todos los hogares mexicanos; pero infortunadamente y, como para todo hay gente, sigue habiendo gente que, al no tener más opción de entretenimiento más que la televisión abierta, ya sea Televisa o TV Azteca, pues siguen creyendo a pie juntillas todo lo que ahí se dice tomándolo como la única verdad.
El problema es que también hay personas que a pesar de contar con internet con acceso a infinidad de canales y aplicaciones de redes sociales, así como portales de internet con todo tipo de información y hasta televisión por cable y tener infinidad de opciones de información al por mayor, le hacen más caso a lo que se dice en la televisión abierta, tal vez por tradición o haberse quedado a costumbrados a todo aquello que llegaron a informar Jacobo Zabludovsky, Guillermo Ochoa, Guillermo Ortega, Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Javier Alatorre, Jorge Garralda, Lilly Téllez, etcétera, la mayoría informadores y lectores de noticias a modo con el único fin de tener entretenida, asustada y engañada a su teleaudiencia.
Y a propósito de las redes sociales, hay muchos comentaristas de ambos sexos a los que ahora se les denomina como youtuberos que retoman precisamente la información falsa o tergiversada emitida por las televisoras abiertas abonándolas con su punto de vista o acreditando lo que señalan; pero afortunadamente, también los hay que se dedican a desacreditar las falsedades al investigar información más veraz y de buena fuente o, en determinado caso, toman como base la conferencia matutina que ofrece todos los días de lunes a viernes la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, conferencia que al igual que las de AMLO, han estado sirviendo prácticamente como fondo de réplica para desmentir toda la falsa información que, como ya se dijo líneas arriba, mucha gente la sigue creyendo como cierta.
Y ahora, por si fuera poco, se anuncia que Facebook ya no censurará nada de lo que se suba a su plataforma, que dejará circular todo lo que ahí se publique ya sin bloqueos de ninguna especie ni sanciones de ningún tipo, algo que, si bien varias personas han aplaudido, otras han advertido que podría significar un arma de dos filos o un peligro en sí, ya que si las televisoras en nuestro país desde hace muchos años han manipulado la información y de que aunque Facebook en cierta medida llegaba a censurar o bajar determinadas informaciones ahí subidas, pero que de alguna forma dejaba pasar una que otra información falsa ya fuera a propósito o por algún error de los censuradores, ahora con esta libertad para publicar todo, así sea falso, contribuirá a que esa gente que se deja manipular por la televisión abierta y otra que siempre estará en duda de lo que oye o le dicen, se verán envueltas en una vorágine de información que los podría perjudicar mentalmente, sobre todo a los fanáticos de sus creencias, como esas personas que, aunque se les diga con los pelos en la mano lo que en verdad está sucediendo, aun así siguen montadas en su macho de que la verdad no es cierta, sino lo que oyó y vio en la tele.
Sea pues. Vale.