Erradica todos tus deseos: OSHO
Por Sergio Mejía Cano
El filósofo indio OSHO (1931-1990), de quien se dice jamás escribió un libro y, sin embargo, hay varios libros con sus palabras que fueron grabadas, plasmadas y editadas en muchas publicaciones dice, entre muchas otras cosas que hay que erradicar los deseos, porque mientras más se desea y no llega lo deseado, viene la frustración, la decepción y el decaimiento de quien desea más de lo que ya está destinado a una persona. Añade que lo que le toca a cada quien ahí está, que tarde o temprano le llega lo que le tenía que tocar, y no más.
Una mujer, en 1954 siendo una jovencita entró a trabajar a la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos (hoy Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural). Laboró en esa Secretaría hasta principios de la década de los 70, debido a otra oferta de trabajo o por asuntos personales.
A mediados de la década de los años 80, esta mujer oyó en la radio a una mujer preguntar al conductor de un programa que se denomina “Teléfono público”, en la estación de “Radio Metrópoli de Notisistema”, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, cuyo conductor de ese programa en ese entonces era don Jaime García Elías, si la podía orientar para saber si tenía derecho a una pensión, pues había trabajado más de 15 años en una dependencia del Gobierno Federal.
Don Jaime García Elías que, como la mayoría de los locutores del siglo pasado para obtener la licencia de locutor, deberían contar con conocimientos básicos de cultura general, por lo que le respondió a la señora que preguntaba que sí, pues se tenía entendido que en el Gobierno Federal se otorgaba la jubilación o pensión proporcional al personal que hubiese laborado 15 años o más.
Así que la mujer que había oído esto, le dijo a un familiar que, si por favor le podía conseguir la ley del ISSSTE, para asegurarse más. Una vez que leyó la parte de la ley que le interesaba, le pidió a su familiar que si la acompañaba a las oficinas del ISSSTE a preguntar si tenía derecho a una pensión o jubilación proporcional. Y ahí van a dichas oficinas. Quien las atendió lo hizo de una manera muy amable y solícita, pidiéndole a la señora que lo único que necesitaba era presentar el último recibo de pago como trabajadora activa de Recursos Hidráulicos. Y he aquí donde surgió el problema, pues la mujer, en un arranque de limpieza y aseo de los cajones de su ropero, cómoda y buró, había tirado todos los papeles que ya no consideró necesarios y, entre esos papeles iban los recibos de pago cuando había trabajado en Recursos Hidráulicos.
La mujer y su familiar volvieron a las oficinas del ISSSTE a dar la triste noticia de no contar con ningún recibo de pago; sin embargo, quien los atendió les dijo que no se preocuparan, que buscaría en los archivos a ver si algo encontraba. Y sí, afortunadamente ahí estaba el registro personal de la mujer que confirmaba que había trabajado en Recursos Hidráulicos 15 años y unos meses más, por lo que procedió a que se le otorgara una pensión, en ese entonces de mediados de los años 80 de 630 pesos mensuales. Pero lo bueno fue que le dieron un retroactivo cercano a los 50 mil pesos, así que “venga a nos”, dónde estaban y, si bien 630 pesos mensuales era el mínimo de aquel entonces, de lo perdido lo que fuera era bueno y más, por el retroactivo recibido.
Para ese entonces la mujer estaba trabajando en una empresa de Casa de Bolsa, en donde siguió trabajando hasta que se pensionó por parte del IMSS. Hoy ya próxima a cumplir 87 años de edad goza de sus dos pensiones: del ISSSTE y del IMSS, con lo que hace confortable su estancia en un asilo en Zapopan, Jalisco, pues no quiso arrimarse con ninguno de sus familiares diciendo que en ese asilo estaba muy a gusto.
Lo anterior es referente a lo dicho por OSHO: lo que te toca, te toca. Esta mujer de no haber oído aquel programa de radio, quizás nunca se hubiese acordado de que, por haber trabajado en Recursos Hidráulicos tenía derecho a una pensión o jubilación proporcional; pero ya le tocaba debido a que todo se va dando de tal manera para que a toda persona le llegue, tarde o temprano lo que es para ella.
Así que no hay por qué renegar si no nos llega lo que deseamos o pedimos, pues si no llega es que no nos tocaba y, si llega es que sí. Por eso tiene razón OSHO al señalar que se deben de erradicar los deseos porque si no llega nada de lo deseado, viene la frustración y la decepción y, por ende, la amargura por la vida que no es tal y como la deseamos, sino como nos ha tocado vivirla y disfrutarla.
Sea pues. Vale.