En jaque, alimentos y bebidas ultra procesados
Por Sergio Mejía Cano
En el portal de internet msn.com el día de ayer sale una nota de “Milenio”, firmada por Blanca Valadez, con el encabezado de “Ley contra grasas trans pone contra las cuerdas a la industria de alimentos chatarra que amenazan con ampararse”. Y esto debido a que hoy 20 de septiembre entran en vigor las nuevas disposiciones a la Ley General de Salud que establece que productos ultra procesados, así como todo tipo de frituras ya no deberán contener aceites parcialmente hidrogenados que se conocen como grasas trans.
En el grueso de la nota de referencia señala entre otras cosas que, esto se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 24 de marzo de 2023 el decreto que adiciona el artículo 216 Bis a la Ley General de Salud, en donde se establece que dicha obligatoriedad de eliminar las grasas trans de estos productos por generar afecciones cerebrales y coronarias severas y mortales en el consumidor, estableciendo un plazo de 180 días para su entrada en vigor.
La nota señala que Milenio entrevistó al señor Alberto Campos, del Despacho Sánchez Devanny y asesor de la industria de alimentos y bebidas ultra procesados, quien considera que se trata de “una restricción confusa en cuanto a su implementación. No en cuanto a su interpretación o contenido”. Añade este representante legal de algunas marcas de la industria de alimentos y bebidas que podría haber quién determine impugnar la ley por algunos temas de inconstitucionalidad.
Y he aquí el meollo del asunto, pues ¿cómo puede ser inconstitucional el derecho a la salud de los mexicanos? Porque en la misma nota en cuestión, se dice que el 25 de abril de este año, el doctor Hugo López Gatell, subsecretario de Salud, explicó que “las grasas trans solo tienen un propósito que es aumentar la duración del producto, que no se vuelva rancio, para decirlo de manera muy clara, rápidamente; desde luego el interés de hacer esta trasformación química o adicción química es un interés comercial. La industria alimentaria a lo que se dedica es a ganar dinero, no a nutrir al país”.
Si la industria de alimentos y bebidas pretenden ampararse por considerar inconstitucional el derecho a la salud de los mexicanos, es clara evidencia de que dicha salud no les interesa en lo absoluto, sino que sus industrias no pierdan dinero. Así que, por lo mismo, pudiera existir la posibilidad de que estas industrias sigan agregando y adicionando grasas trans a sus productos embolsados debido tal vez a una nula inspección por parte de las autoridades sanitarias por diversos motivos, sobre todo la del consabido disimulo tan característico en nuestro país y, a la mejor atenidos los industriales a que la Secretaría de Salud no podrá estar revisando ni analizando constantemente sus productos.
Así que, en caso de ser obligados a cumplir este nuevo añadido a la Ley de Salud tal cual, los industriales aparte de amagar con ampararse con supuestos visos de inconstitucionalidad en este decreto, dicen, de acuerdo con la nota de Blanca Valadez, que tendrán que encarecer sus productos o ya en determinado caso, adelgazar la planta laboral.
Está documentado y comprobado que los añadidos químicos que utiliza la industria de alimentos y bebidas, la mayoría son altamente nocivos para la salud; y si bien. Algunos de estos añadidos químicos no lo son tanto en su toxicidad, no ofrecen nada de nutrición para el organismo humano. Y lo tóxico de los añadidos químicos que dañan la salud, se ha dicho y documentado que muchos de estos añadidos y adiciones de vitaminas artificiales, algunos de ellos están considerador como altamente cancerígenos.
Pero ojalá y se llegar a aplicar de bien a bien la eliminación de las grasas trans en los alimentos y bebidas industrializadas y que se castigue y sancione severamente a quienes no apliquen al cien por ciento esta disposición por el bien de la salud de los mexicanos, pues está plenamente comprobado que muchas de las enfermedades que padecen hoy la mayoría de los mexicanos, se generan debido a la química artificial que ya casi está en la mayor parte de lo que consumimos diariamente.
Ojalá y no quede esta ley de protección a la salud, tal y como ha sucedido con la Ley para eliminar las bolsas de plástico de un solo uso, así como la regulación de todos los plásticos que tanto han contaminado a nuestro planeta. Porque esta ley contra los plásticos, parecería que ha pasado de noche, pues nadie le hace caso, todo sigue igual como antes de que se emitiera dicha ley anti plásticos. Ojalá.
Sea pues. Vale.