“Solicitamos que la XXXIV Legislatura al Congreso del Estado de Nayarit que, en la sustitución del cargo que desempeñaba una mujer; tome medidas afirmativas y se garantice que el espacio de la diputación vacante sea cubierto por otra mujer” manifiesta la colectiva Mujeres en Voz Alta.
El pronunciamiento entregado al presidente del Congreso, Salvador Castañeda Rangel; sostiene que la vacante generada por la diputada Irma Magdalena Lora Briseño y la dimisión del cargo de la diputada suplente, Michelle Bugarín; sea cubierto por otra mujer, considerando la fórmula de mujeres siguiente de la lista de representación proporcional, presentada por el Partido Verde Ecologista de México.
La Colectiva de Mujeres en Voz Alta y las asociaciones civiles Pro Igualdad e Inclusión Social, Mujeres Caminando por Nayarit, Integración Nacional de Mujeres “Aralia” INAMUJ e Hilvanando Nuevos Horizontes signan el documento fundamentado jurídicamente con el artículo 32 párrafo segundo de la Constitución Política del Estado de Nayarit, y 26 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Nayarit.
“Pertenecemos a la sociedad civil organizada, nos integramos por mujeres de diferentes sectores de la población; y es nuestra misión e interés procurar el adelanto de las mujeres y la igualdad sustantiva entre los géneros; y tenemos entre nuestros objetivos la promoción y defensa de los derechos político electorales de las mujeres”, aseguraron ante medios de comunicación.
“La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ya se ha pronunciado en numerosas ocasiones respecto de casos similares, en donde se ha obligado a mujeres que ocupan cargos de elección popular a renunciar a sus candidaturas, a pedir licencia y dejar paso a los hombres para que asuman el cargo. Cabe mencionar que sus resoluciones han sido en favor de preservar los espacios ganados por las mujeres, para que sean ocupados por mujeres”.
“El Congreso del Estado de Nayarit tiene la oportunidad histórica de aplicar estas medidas afirmativas en favor de las mujeres nayaritas, de respetar los espacios ya asignados para las mujeres y garantizar los derechos de igualdad, de no discriminación, de paridad de género consagrados en nuestra carta magna y, sobre todo, no avalar la violencia política en razón de género que se presume pudo generarse en este caso en concreto”.